Oraciones para implorar la Beatificación de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta
…Y los Angeles han dicho: “Señor, Te rogamos: muestra a las gentes lo que has realizado en esta alma con un signo prodigioso de tu omnipotencia, para tu gloria y para el bien de las almas. No tengas más escondidos los tesoros puestos en ella, para que viendo y tocando ellos mismos tu omnipotencia en otra criatura, pueda servir de conversión a los malos y de mayor acicate a los que quieren ser buenos”. (Del volumen 4°, 2 de octubre de 1901)
ORACIÓN
1. Oh Corazón Sacratísimo de mi Jesús, que has escogido a tu humilde sierva Luisa como el heraldo del Reino de tu Divina Voluntad y el ángel de la reparación por las innumerables culpas que afligen tu Divino Corazón, humildemente Te pido me concedas la gracia que por su intercesión imploro de tu Misericordia, para que sea glorificata en la tierra como ya la has premiado en el Cielo. Amén. (Padrenuestro, Ave María, Gloria)
2. Oh Corazón Divino de mi Jesús, que a tu humilde sierva Luisa, como víctima de tu Amor, le has dado la fuerza de sufrir durante toda su larga vida los espasmos de tu dolorosa Pasión, haz que para tu mayor gloria resplandezca enseguida sobre su cabeza la aureola de los Bienaventurados. Y por su intercesión concédeme la gracia que humildemente Te pido. (Padrenuestro, Ave María, Gloria)
3. Oh Corazón Misericordioso de mi Jesús, que para la salvación y la santificación de tantas almas Te has dignado conservar durante tantos años en la tierra a tu humilde sierva Luisa, tu Pequeña Hija de la Divina Voluntad, escucha mi plegaria: que ella sea glorificada enseguida por tu santa Iglesia. Y por su intercesión concédeme la gracia que humildemente Te pido. (Padrenuestro, Ave María, Gloria)
ORACIÓN
Oh Santísima Trinidad, nuestro Salvador Jesucristo nos ha enseñado a pedir en nuestras oraciones que siempre sea glorificado el Nombre del Padre, que venga su Reino y que se haga su Voluntad.
Deseosos de extender ese Reino de amor, de justicia y de paz, humildemente imploramos la glorificación de la sierva Luisa, la Pequeña Hija del Divino Querer, que con sus plegarias, con su inmolación en el lecho del dolor y con su ardiente celo, contribuyó grandemente a la difusión del reino de Dios en el mundo y a la salvación de las almas. A ejemplo suyo, Os suplicamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos ayudeis a llevar con alegría las cruces que nos reserva la vida, para gloria de tu Nombre y para el bien de todos. Amén.
† Carmelo Cassati Arzobispo de Trani – Nazareth
ORACIÓN A LA STMA. TRINIDAD
Oh augusta y Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te alabamos y Te damos las gracias por el don de la santidad de tu sierva fiel Luisa Piccarreta. Ella ha vivido, oh Padre, en tu Divina Voluntad, bajo la acción del Espíritu Santo, haciendose conforme a tu Hijo, obediente hasta la muerte de cruz, víctima y hostia agradable a Tí, cooperando a la obra de la Redención del género humano.
Sus virtudes de obediencia, de humildad, de sumo amor a Cristo y a la Iglesia nos mueven a pedirte el don de su glorificación en la tierra, para que resplandezca a todos tu gloria, y tu Reino de verdad, de justicia, de amor se extienda hasta los confines de la tierra, en el particular carisma del «Fiat voluntas tua sicut in cœlo et in terra». Invocamos sus méritos para obtener de Tí, Santísima Trinidad, la gracia particular que te pedimos, deseando cumplir tu Divina Voluntad. Amén.
† Giovan Battista Pichierri, Arzobispo de Trani–Nazareth
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo, que tanto deseas que tu Divina Voluntad tenga su Reino en la tierra como en el Cielo, te pedimos que te dignes colocar “luz” que Tú has encendido sobre “la lámpara” de tu Iglesia, “para que el que entre vea la Luz” (Lc 8,16), y que glorifiques, por el honor de tu Querer, a tu humildísima sierva Luisa Piccarreta, “la Pequeña Hija de la Divina Voluntad”, que tanto te ha glorificado en la tierra “haciendose obediente hasta la muerte”, con el ejemplo de sus extraordinarias virtudes, con sus sublimes escritos y con toda su vida inmolada por la salvación y la santificación de las almas. Amén.