Las primeras noticias sobre Dios
Ante las preguntas fundamentales sobre el sentido de nuestra vida, no caben más que dos posibilidades: renunciar a una explicación, o preguntarsela a “Otro” que sabe más que nosotros.
Ya hemos intuido Su presencia, precisamente por las preguntas que nuestra existencia lleva consigo. Lo hemos indicado como “Aquel que nos ha hecho”.
Ahora la pregunta racional es: ¿Ese «Otro» existe de verdad? ¿Realmente existe un Ser, diferente del mundo en que vivimos y del cual este mismo mundo depende?
La respuesta es Sí, y veamos por qué. Dios nos ha hecho saber de El por una vía natural, la razón, por medio de las criaturas, y per una vía sobrenatural, la Revelación.
Por ahora usemos tan sólo la razón; después descubriremos la Fe.
1 – El mundo nos revela Aquel que lo ha hecho
Es evidente que una cosa que todavía no existe no puede darse la existencia ella misma. Pensar lo contrario sería absurdo.
También es evidente que cada cosa que vemos en el mundo es causada por otra cosa que ya existía antes de ella (qué es antes, el huevo o la gallina, es una dificultad aparente, porque cualquiera que sea la respuesta, al comienzo de toda la serie de cosas producidas debe hacer por fuerza un Ser no producido por otro, que no depende de nada, un Principio que existe por sí mismo. De lo contrario nunca habría empezado la serie de las cosas que vemos en el mundo. Ese Ser Supremo es DIOS, Aquel cuya esencia es el existir, tal como se presentó a Moisés: “Yo Soy Aquel que Soy”.
Para mejor comprenderlo, el Señor dijo a Santa Catalina de Siena: “Yo soy el que ES, tú eres la que NO ES”.
2 – Aquel que nos ha hecho es infinito, eterno y perfecto
Si Dios existe por Sí mismo, el Ser assoluto, es lógico que no haga primero una cosa y luego otra, come hacemos nosotros que somos limitados, sino que hace todo y es todo en un solo Acto absoluto, sin antes ni después, sin principio ni fin, inmutable, eterno Presente.
Realidad totalmente diversa de todas las otras cosas en el mundo, porque todo lo que estas últimas son y tienen lo reciben de Dios, mientras que Dios no lo recibe de nada. El es “la Fuente” del ser, es el Ser infinito.
La Naturaleza no es atea. Toda la Creación manifiesta claramente ser fruto del infinito Poder de Dios (le basta quererlo para hacerlo), todo lo creado muestra la infinita Sabiduría de Dios, todo tiene su triple firma: orden, armonía y belleza, todo lo que existe tiene un fin, un motivo, todo tiene un bien que ofrecer y compartir, todo es fruto del eterno Amor de Dios… Como dice la Escritura: “los cielos y la tierra estan llenos de su Gloria”. En una palabra, Dios es infinitamente Perfecto.
De todo esto se comprende que Dios no sólo existe, que El no es “algo”, sino “Alguien” que en sus obras manifiesta su Inteligencia y su Voluntad con todos sus atributos: Verdad, Bondad, Justicia, Libertad, Fecundidad, Felicidad… En una palabra, como dice San Juan, Dios es Amor.
3 – El universo es obra de Dios, es creado por Dios
Dios es la causa de todo lo que existe. Sólo Dios puede ser la finalidad de todo.
¿Pero de qué manera Dios ha dado existencia al universo? La única posible respuesta es: haciendolo a partir de la nada, puesto que anteriormente nada existía todavía. Hacer a partir da la nada se dice “crear”.
Del hecho de ser sus criaturas comprendemos cual es nuestra posición ante Dios:
– Si todas las criaturas –y nosotros de forma especial– somos obra Suya, le pertenecemos y de El dependemos. El es nuestro Dueño y Señor. Dios tiene todo derecho sobre nosotros. Por tanto, por parte nuestra debemos reconocer esta dependencia y pertenencia, reconocer que todo lo que somos y tenemos se lo debemos a El, y que si El retirase todo lo que nos ha dado, de nosotros no quedaría nada, desapareceríamos en la nada, como si jamás hubieramos existido. Confesar este reconocimiento es nuestro primer deber, el primer homenaje a la verdad: es adorarlo.
– Todo lo que Dios ha creado –y nosotros en particular–participa de la bondad, de la verdad, de la belleza de Dios. Reconocer y admirar la Obra de Dios, la actuación de todos sus Atributos (su Omnipotencia, su Sabiduría, su Providencia, etc.) en sus obras, reflejo de como es Dios, es glorificarlo y alabarlo. Por tanto nunca hemos de ver esa bondad, verdad y belleza de las criaturas como si Dios no tuviera nada que ver, separandolas de El, robandoselas a Dios: eso es lo que hace el pecado. Debemos reconocer que todo lo que somos y tenemos es don gratuito suyo, de su inmenso Amor, y ese reconocimiento se expresa con bendecirlo y darle las gracias.
4 – La creación es un acto de amor de Dios
Dios no necesita nada, nada puede obligarlo; por eso ha hecho todo con plena libertad. ¿Y cual es el motivo de la creación? Sólo puede haber sido hecha por amor, por el deseo de compartir Su felicidad con otros seres (nosotros), para desahogar Su amor con criaturas capaces de reconocerlo y de corresponderle, capaces de conocerlo y de amarlo con plena libertad, como El nos ama.
“En realidad la ira de Dios se manifiesta desde el cielo contra toda impiedad y toda injusticia de hombres que sofocan la verdad con la injusticia, pues lo que de Dios puede conocerse les es manifiesto; Dios mismo se lo ha manifestado. En efecto, desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles pueden ser contempladas con la inteligencia en las obras que El ha realizado, como su eterna potencia y divinidad; por tanto no tienen excusa, porque, aun conociendo a Dios, no le han dado gloria ni le han dado las gracias como Dios, sino que han desvariado en sus razonamientos y se ha oscurecido su mente torpe. Mientras se proclamaban sabios, se han vuelto necios y han sustituido la gloria del incorruptible Dios con la imagen y la figura del hombre corruptible, y de pájaros, cuadrúpedos y reptiles” (Rom 1,18-23)
“Que nadie se engañe. Si alguno entre vosotros se cree sabio en este mundo, hágase ignorante para ser sabio; porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues está escrito: “El confunde a los sabios por medio de su misma astucia”. Y también: “El Señor sabe que los planes de los sabios son inútiles”. Por tanto que nadie ponga su gloria en los hombres, porque todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro: ¡todo es vuestro! Pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios” (1a Cor 3,18-23)
El hombre es el destinatario de toda la Creación: todo ha sido creado para nosotros, nosotros para Cristo y Cristo (el Hijo de Dios, el Verbo Encarnado) para Dios: “¡Todo es vuestro! Pero vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios” (1a Cor 3,22-23).
Pequeño Catecismo
Para conocer bien nuestra Fe
Presentación completa de la Doctrina Cristiana para quienes desean la Verdad y para los pequeños, no de razón humana, sino llenos de Razón divina.
Este “Pequeño Catecismo”, una síntesis que supone el “Catecismo de la Iglesia Católica”, es un soporte destinado a quienes desean colaborar en la catequesis de niños, en su preparación a los Sacramentos de la iniciación cristiana –Penitencia, Eucaristía, Confirmación–además de su propia formación básica en la Fe y como guía para su vida.
P. Pablo Martín Sanguiao
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